16 de Noviembre de 2024 /
Actualizado hace 11 horas | ISSN: 2805-6396

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Opinión / Columnista Impreso

Francisco Barbosa, el animalista

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Carlos Andrés Muñoz López
Abogado, filósofo y magíster en Bioética
Miembro del Observatorio Animalista
Profesor de la Universidad Simón Bolívar

Algunos defensores de los animales tenemos cierta paradoja con el fiscal general saliente, Francisco Barbosa. Coincidimos en que ha sido, al mismo tiempo, el fiscal que más ha hecho por los derechos de los animales en la historia y el peor fiscal general que jamás haya ostentado el “segundo cargo” más importante de Colombia. ¿Cómo es esto posible? Veamos:

Criticar a Francisco Barbosa se ha vuelto cada vez más sencillo. Desde su postulación y nombramiento sin experiencia en derecho penal, contando solo como gran virtud ser uno de los mejores amigos personales del entonces presidente Iván Duque, hasta sus declaraciones egocéntricas y la utilización de todo el aparataje institucional de la Fiscalía para llevar a cabo acciones y discursos con tintes evidentemente políticos. Lo difícil, entonces, es reconocerle algo positivo, ya que ha logrado hacer olvidar al nefasto Néstor Humberto Martínez y hoy parece ser una muletilla en las columnas de opinión referirse a él como el peor fiscal general desde la creación de esta institución, por virtud de la Constitución de 1991.

Desde mi perspectiva, lo positivo, quizás lo único, que deja la fiscalía de Barbosa es que intentó implementar la histórica Ley 1774 del 2016, que establece cárcel y multa para quienes maltraten animales y que aún necesita desarrollo desde diversas esferas estatales que comprendan toda la política criminal en el país. En este contexto, Francisco Barbosa dio un primer gran paso con la creación del Grupo Especial para la Lucha contra el Maltrato Animal (Gelma) en la Fiscalía: personal enfocado en las conductas de maltrato animal[1] y que cerró sus logros en esta materia con 577 imputaciones y 216 condenas para el año 2023[2].

Ahora bien, aprovechando estas reflexiones sobre el final de la gestión de Barbosa (que se prolonga indefinidamente por la futura fiscal encargada Martha Mancera), es pertinente descreer de juicios totalizantes o binarios. Es necesario considerar la razón como un verdadero instrumento del ser humano que no puede ser un simple adorno de nuestros prejuicios o creencias, a merced de las coyunturas y, muchas veces, sometido a las pasiones con réditos políticos. Un juicio racional desde la ética pública nos puede demostrar que ha habido seres condenables que son grandes amantes de los animales y han logrado avances en su protección, como lo hizo Francisco Barbosa, aspecto que merece ser resaltado y que la futura fiscal general profundice en ello.

Esta particularidad de “Francisco Barbosa, animalista” no es algo inédito en el ejercicio público. Guardando sus grandes diferencias, podemos identificar aspectos similares en múltiples personajes políticos. El más llamativo es Adolfo Hitler, a quien se le recuerda como uno de los peores personajes a nivel mundial ostentando un poder público. Sin embargo, los análisis de protección animal resaltan sus políticas a favor de estos seres en la Alemania Nazi: prohibió la vivisección en centros universitarios, reconoció en diferentes escenarios la capacidad de sufrimiento de los animales, y se sentían orgullosos de ser animalistas. "Nosotros, los alemanes, podemos presumir de tener la mejor legislación sobre bienestar animal en el mundo", decía el Manual de Protección de animales del Tercer Reich (1941). Parecieran ser un ejemplo a seguir y avanzados incluso para hoy.

Con el clásico ejemplo de Hitler, deberíamos reflexionar sobre la falsa pureza e incorruptibilidad de quienes defendemos a los animales. Una mirada crítica hacia nosotros mismos no está de más; hay que tomar en serio lo público y a los animales en público. No hay un color político predefinido en la defensa de los derechos de los animales. Personajes casi antagónicos y muy polémicos han sido sus férreos defensores. Milei ha anunciado el endurecimiento de penas con la “Ley Conan”, Bukele ha tomado acciones similares, y Petro ha estado siempre en oposición a las corridas de toros y fue pionero como alcalde en la sustitución de vehículos de tracción animal.

Hablar por aquellos que no tienen voz resulta muy loable, pero también muy propenso a la manipulación y tergiversación. Para luchar contra ello, hay que tener madurez política. Los animales representan uno de los grandes retos para el Derecho, las instituciones públicas y la sociedad. Cada avance debe ser tomado en serio, extrayendo lo bueno independientemente del desastre político de quien lo generó.

Ojalá hasta nunca, Francisco Barbosa, pero gracias por los animales.

“No es amor por los animales, sino un trastorno emocional, un padecimiento más de la soledad de nuestro tiempo”, Mario Mendoza, La importancia de morir a tiempo.


[1] Gran avance que se complementa con la expedición desde la Fiscalía de la Directriz 003 de 2021, por medio de la cual se establecen directrices generales para la investigación y judicialización de los delitos contra los animales.

[2] Página 6 del informe de la Fiscalía General de la Nación “Direccionamiento estratégico 2020 -2024. Resultados en la calle y en los territorios. Resultados 2023, Planes de Acción y Priorización”. https://www.fiscalia.gov.co/colombia/wp-content/uploads/Seguimiento-al-Plan-a-2023-12-31.pdf.

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