Con Tim Wu y Lina Khan se vienen grandes cambios en el ‘antitrust’
José Miguel de la Calle
Socio de Garrigues
En el pasado mes de marzo, el presidente de EE UU, Joe Biden, nombró a Tim Wu como asesor especial en materia de competencia y miembro del Consejo Económico Nacional. El nombramiento generó un primer hito de conmoción en los medios empresariales por las posturas radicales que Wu ha tenido en el pasado en materia de libre competencia. Wu, profesor de la Universidad de Columbia, es reconocido por sus análisis sobre la insuficiencia del estándar del “bienestar del consumidor” respecto de las plataformas digitales y la necesidad de retomar el enfoque antitrust de comienzos del siglo XX, respecto de grandes jugadores como Google, Apple, Amazon o Facebook.
La teoría del bienestar del consumidor, reinante desde la Escuela de Chicago, da vía libre a las fusiones y adquisiciones, siempre que se demuestre que la integración produzca efectos positivos en los precios para los consumidores. Este modelo, sin embargo, ha traído como consecuencia el crecimiento desmedido de las grandes plataformas, las que han adquirido un poder inusitado, lo que para algunos pone en riesgo, incluso, la estabilidad de las democracias. Problemas como la desinformación y las noticias falsas, la intervención política de algunos países en procesos electorales extranjeros o la constante vulneración de la privacidad de los usuarios digitales suelen verse como consecuencia de un mercado digital excesivamente concentrado, dominado por unos pocos gigantes que cuentan con ingresos que pueden ser superiores al GDP (PIB) de muchos países.
Poniéndose a contracorriente de la línea mayoritaria de pensamiento académico, Wu ha manifestado su preocupación por la tendencia de concentración extrema, especialmente en los mercados de dos lados (donde se da acceso gratuito e ilimitado a los usuarios, apalancándose en el mercado pagado de la publicidad), y ha sugerido la necesidad de retomar los orígenes del antitrust de la época de Theodore Roosevelt, donde el tamaño de las empresas era visto como un problema en sí mismo.
Al nombramiento de Tim Wu, se suma el de Lina Khan como integrante de la comisión principal de la Federal Trade Commission (FTC), la agencia gubernamental para la protección de la competencia y los derechos de los consumidores en EE UU, nombramiento que fue apoyado mayoritariamente por el Senado. Khan, profesora de Columbia y con solo 32 años, también es una reconocida activista académica contra el surgimiento de las grandes casas de tecnología digital. Su nombre ganó reconocimiento inmediato con la publicación de su famoso artículo Amazon’s Antitrust Paradox, publicado cuando apenas era estudiante de la Universidad de Yale. El escrito criticaba duramente a las autoridades por no haber hecho lo suficiente para controlar el crecimiento de Amazon y deploraba que se mantuviese vigente el estándar del bienestar del consumidor.
Aunque es indudable que Khan y Wu van a ejercer una enorme influencia sobre la agenda del gobierno de Biden y van a incidir en el futuro de la política de competencia a nivel mundial, es incierto –e, incluso, improbable– que las cosas lleguen al punto de que los jueces o las autoridades de competencia ordenen o negocien el fraccionamiento de las plataformas dominantes, a la manera de la Standard Oil, AT&T o Microsoft.
Al efecto, hay que tener en cuenta que la FTC es un órgano colegiado, donde Khan solo es uno de sus miembros, que el tema se ha politizado, que el Partido Republicano se opone con fuerza a cualquier cambio en la política de competencia y que Europa transita una línea más moderada, lejos de la idea del fraccionamiento de empresas. La Digital Service Act y otras iniciativas en curso dejan ver un esquema de mayor transversalidad en la valoración del impacto en los mercados y mayor severidad sancionatoria frente a las conductas que dañen la competencia, pero sin alterar el enfoque esencial que viene vigente de años atrás.
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