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Especiales / Academia


Homenaje a un maestro: Jaime Vidal Perdomo, padre del Derecho Administrativo en Colombia

23 de Marzo de 2018

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Carlos Mario Molina Betancur

Director del Instituto de Estudios del Ministerio Público

Procuraduría General de la Nación

 

Jaime Vidal Perdomo fue uno de los académicos más importantes que ha tenido Colombia en la segunda mitad del siglo XX. Un jurista ejemplar y meritorio en Derecho Público; entregado a su familia, a la academia y al servicio público, y uno de los hombres con mayor trayectoria y ejemplo que ha conocido hasta ahora nuestra academia jurídica colombiana.

 

Un buen hombre, amable y servicial. Gran orador, se interesaba en todo lo que tocara la historia y la actualidad de nuestro país. Con optimismo desbordante y pausado, hablaba de todos los temas que la academia, la política o la diplomacia le pudieran demandar. Le gustaba la discusión, los debates, las anécdotas y, en ocasiones, la amable disputa, sobre todo cuando le tocaban el tema de orden público del país.

 

Para sus estudiantes, fue un maestro estricto, tolerante y educado al momento de disciplinar. Lo llamaban Jaime Vidal Perdimos, por su rigor y exigencia a la hora de evaluar, pero siempre amable y dispuesto a dar consejos o completar formaciones en pausas de restaurante y mesas de café. Serio y reservado en sus clases, era una biblia ambulante al momento de hablar de historia, de teoría del Estado, de la Constitución de 1886, de la descentralización y de evolución de la sociedad.

 

Para sus amigos, fue un gran colega, leal y conversador, siempre atento a las discusiones y eventos donde lo pudieran necesitar. Sabía escuchar y responder sin la pretensión de aconductar, dejando siempre grandes enseñanzas y experiencias, muchas veces llenas de aprendizaje y legados invaluables. Convocó toda la academia de Derecho Administrativo latinoamericana y europea a los claustros colombianos, dejando grandes debates en textos y grabaciones que todavía se pueden consultar. El doctor Vidal, como lo conocían, fue admirado, no solo por su alta formación y respetable carrera profesional, sino también por ser un hombre honorable, aferrado a principios de moral y buenas costumbres, que les enseñaron a muchos a creer en el nuevo rumbo que debía tomar nuestro destino.

 

Comprometido con su país

 

Nacido en Icononzo (Tolima), el 9 de diciembre de 1931, Jaime Vidal Perdomo estuvo destinado a marcar los destinos del Derecho Administrativo en Colombia. Bachiller del colegio Salesiano León XIII de Bogotá, en 1949, hizo sus estudios universitarios en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Colombia. Realizó posgrados en la Universidad de París (Francia), entre 1956 y1959. De regreso al país, consagró varios años al servicio del Estado: participó como Secretario General en el Ministerio de Agricultura (1960), asesoró al Instituto Colombiano de Reforma Agraria (1962) y fue Subgerente Jurídico (1964-1966). Se desempeñó como Secretario Jurídico en la Presidencia de la República (1966-1969), senador de la República (1978-1982), concejal de Bogotá (1982-1986), embajador de Colombia en Canadá (1987-1990) y conjuez de las cortes Suprema de Justicia y Constitucional (1992-2000).

 

Forjador de la estructura administrativa del Estado moderno

 

Con su excelente formación y su amplia experiencia, el ilustre maestro participó en la reforma constitucional de 1968, con la redacción de textos, exposición de motivos, parte de las ponencias y las discusiones políticas académicas y en el Congreso. También lo hizo en la preparación de los principales decretos de la reforma administrativa de 1968, así como en la redacción de numerosos proyectos de ley y decretos importantes en materia de organización y descentralización administrativa, como el 1050 y el 3130 de 1968, o Estatuto de Bogotá, y otros reglamentarios, y en la elaboración de los principios de los contratos administrativos previstos en el Decreto 150 de 1976.

 

Además, fue director de los trabajos de preparación del Código de Régimen Departamental y el Código de Régimen Municipal, de 1986. Fue ponente en el Senado de la República de las leyes 19 y 58 de 1982, las cuales le dieron origen al Estatuto de Contratación Pública (D.-L. 222/83) y al Código Contencioso Administrativo (D.-L. 01/84). Por último, participó en la discusión de apartes del Código Fiscal del Distrito Especial de Bogotá (Acu. 6/85). Sus trabajos y aportes a la legislación colombiana rigen todavía, de manera general, los destinos de la administración pública.

 

Pero más allá de su brillante carrera profesional, tuvo como misión intelectual la de forjar una nueva disciplina en Colombia denominada Derecho Administrativo. A pesar de que sus primeros cursos impartidos fueron en Derecho Privado, el visionario maestro dictó cátedra de Derecho Constitucional y Derecho Administrativo en la Universidad Nacional de Colombia, por más de 40 años en la Universidad Externado de Colombia, y en las universidades del Rosario y de los Andes. Profesor ilustre en muchas instituciones nacionales y extranjeras.

 

En efecto, el distinguido personaje fue un gran referente en centros educativos de Venezuela, Costa Rica, Guatemala, Perú, Argentina, Brasil, Uruguay, España, Canadá y Francia. Miembro del Consejo Directivo de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional, representación estudiantil y de los exalumnos, y miembro honorario y Vicepresidente de la Academia Colombiana de Jurisprudencia. Además, fue miembro correspondiente de la Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (Argentina), columnista de El Espectador, conferencista en temas jurídicos en lengua francesa, miembro y vicepresidente de la Sociedad Económica de Amigos del País, árbitro en diferentes tribunales y miembro de la Corte de Arbitraje de la Cámara de Comercio de Bogotá.

 

Un importante legado

 

Desde 1969, comenzó a publicar sus textos de Derecho Administrativo y de Derecho Constitucional General e instituciones políticas colombianas, los cuales dejó, con algo de mi ayuda, en la 14ª edición en el caso del primero (Legis, 2017), y en la 11a edición, en el segundo (Legis, 2018). Pero también produjo grandes legados en materia de la descentralización administrativa, tales como El Federalismo (Ediciones Rosaristas, 1999) y La región en la organización territorial del Estado (Centro Editorial Universidad del Rosario, 2001). Innumerables lecciones de vida consagrada a la academia y al servicio público dejan sus enseñanzas y prolija producción bibliográfica.

 

Nada extraño que su carrera profesional y académica haya sido marcada por la Academia Colombiana de Jurisprudencia, que guarda en sus anaqueles los importantes conceptos y escritos que solo puede dejar un hombre rico en experiencias y magnífico jurisconsulto, culto, recto y de un intelecto invaluable. Algunos todavía recuerdan su magnífica intervención de admisión, en la sesión del 20 de noviembre de 1974, cuando se recibió como miembro de número, dentro de la cual disertó acerca de “El ordinal 14 del artículo 120 de la Constitución y el desequilibrio institucional”, en donde con gran visión se ocupó de la injerencia presidencial en el banco de la emisión y de la naturaleza jurídica de la actividad interventora.

 

El maestro Jaime Vidal Perdomo privilegió el trabajo exigente y silencioso de su oficina, que combinaba con las discusiones retóricas de la academia. Sus escritos son legados de experiencia y buen razonamiento profesional. Quienes tuvimos el gran honor de compartir su presencia, agradecemos hoy y siempre su gran legado de inteligencia, dignidad y mérito profesional. En los muchos homenajes que se pudieron hacer en la academia antes de su partida, quedaron grabados los agradecimientos de toda una comunidad académica que reconoce en su persona la paternidad del Derecho Administrativo colombiano, como él frecuentemente denominaba la “luz en la poterna y guardián en la heredad”.

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